El primer año completo en el que existen registros diarios de la temperatura en la ciudad de Alicante es 1940. Por aquel entonces la mínima anual registrada fue de -1,7 ºC. En 2018, por ejemplo, los termómetros alicantinos nunca bajaron de 2,2 ºC.
La temperatura media en la ciudad de Alicante ha aumentado en 0,75 ºC durante las últimas siete décadas. Se mantenían casi constantes hasta 1980, pero a partir de entonces se va haciendo cada vez más evidente el efecto de las emisiones de gases de efecto invernadero.
Si nos vamos a los datos globales, no encontramos datos mucho mejores. Según la Organización Mundial Meteorológica la temperatura media del planeta ha subido 0,98 ºC desde el siglo XIX. Precisamente estos últimos 22 años han sido los más calurosos.
Solemos tener la tendencia a concebir el cambio climático como un problema meramente global. Sin duda así lo es, pero no debemos obviar las consecuencias que tiene sobre nuestras propias ciudades y nuestro entorno.
El cambio climático produce precipitaciones muy erráticas, que son difíciles de predecir. Desde lluvias torrenciales hasta largos periodos de sequía. El clima desértico propio de África ya se esta instalando aquí.
El calentamiento global también ha subido la temperatura del Mare Nostrum en aproximadamente 1,2 ºC desde los años 80 y ha aumentado su salinidad, trayendo numerosas especies invasoras que están causando un impacto perjudicial sobre algunos peces nativos. El pez azul o la barracuda son cada vez más difíciles de ver en nuestras costas, pues se están mudando hacia el norte del Atlántico.
La posibilidad de venir a la Costa Blanca y disfrutar de buen tiempo, en comparación con la época del boom turístico, a aumentado considerablemente. Ahora son más las semanas con temperaturas superiores a 20 ºC. Por tanto, en una zona tan playera como la nuestra se ha podido aumentar la temporada alta.
El calentamiento global favorece realmente el turismo de sol y playa. Septiembre se ha convertido, prácticamente, en un mes de verano como julio y agosto. La tendencia es que esto se prolongue desde junio hasta octubre e incluso parte de noviembre, pero las consecuencias a largo plazo también pueden ser negativas para el turismo. La temporada alta podrá durar más, pero a los turistas no les gusta achicharrarse. El cambio climático traerá más calor extremo a nuestras tierras, y mejorará las temperaturas del norte de Europa. A lo mejor en un futuro cercano ya no sentirán tanta necesidad de venir aquí en verano.
Por otra parte, también hay discrepancias respecto a la subida real del nivel del mar que deberemos afrontar en el futuro. Prácticamente todos los científicos y especialistas coinciden en que perderemos litoral a causa del deshielo de los polos. Sin embargo, no hay consenso en cuánto. Lo que si es seguro que la cuenca mediterránea se verá algo afectada por esta subida, el Mediterráneo de hecho, no está muy expuesto al deshielo polar, debido a que es un mar cerrado y sin funcionamiento mareal. Está previsto que la subida sea tan solo de unos 50 centímetros hasta 2060. Eso sí, la autentica amenaza sobre el litoral será la mayor frecuencia de los temporales de levante.
En lo que sí se ponen de acuerdo ecologistas y climatólogos es que las posibilidades de ‘gota fría’ cada vez son mayores. Una atmósfera más cálida es una atmósfera más inestable. Los fenómenos extremos, como las lluvias torrenciales, ocurren con más frecuencia. Además, al haberse calentado tanto el agua del Mediterráneo, cada vez se forman con más facilidad nubes de tormenta que descargan lluvias muy intensas.
A lo largo de toda la Costa Blanca se ha construido mucho en zonas indebidas. Con ello una gran cantidad de la población ha quedado expuesta al peligro de la crecida de los barrancos y las inundaciones ahora son un riesgo mayor que nunca, como desgraciadamente ha quedado patente recientemente en Valencia.
El aire de la provincia de Alicante no es de los más contaminados de España, ya que no somos una zona especialmente industrial y la brisa marina ayuda a que se limpie mejor.
Aún así, cabe señalar que somos la cuarta provincia del país con mayor número de vehículos matriculados. Un hecho que hace subir considerablemente nuestros niveles de polución. Además existen algunos focos concretos, como la parte industrial de descarga de graneles en el Puerto de Alicante, que emiten una cantidad considerable de partículas contaminantes, son operaciones de carga de materiales pulverulentos a barcos desde naves del puerto.
En comparación con el resto del país estamos en un término medio, pero podríamos y deberíamos estar mejor. Nos faltan más parques y jardines en las ciudades. No aprovechamos las aguas depuradas para regar nuestras zonas verdes y en una zona con tanta luz como la nuestra, no se aprovecha adecuadamente la energía solar.
Lo importante es que la ciencia ha corroborado durante estas últimas dos décadas que estamos ante un problema importante y hay que actuar. Como sociedad tenemos la responsabilidad ética de respetar el medio ambiente y de exigir a nuestros mandatarios que actúen de forma prudente con el territorio, respeten los tratados internacionales y transformen nuestra economía hacia una más descarbonizada. Nos jugamos mucho en ello.
Datos históricos climatológicos de la Costa Blanca
Temperatura media en 1950 > 17,2º C ... Mínima 1950 > 0,3º C
Temperatura media en 1980 > 17,4º C ... Mínima 1980 > -0,2º C
Temperatura media en 2018 > 18,6º C ... Mínima 2018 > 2,2º C
Temperatura media en 2023 > º C ... Mínima 2023 > º C
Precipitaciones anuales en 1967 > 168 l/m2
Precipitaciones anuales en 1980 > 288 l/m2
Precipitaciones anuales en 2018 > 359 l/m2
Precipitaciones anuales en 2023 >
Comentarios
Publicar un comentario